8.
ENDLESS NIGHT
La
oscuridad del cielo. Un lienzo en penumbra, manchado de plata. La
Luna cuelga desganada, derramando una luz trémula a mi alrededor.
La
oscuridad del asfalto. Negro como el infierno, negro como el cielo.
Me siento hundir en él. ¿Es el infierno un océano que nos devora y
nos digiere en el olvido de su frío vientre?.
Hace
frío. Una noche de invierno. El brillo mortecino de una farola
arroja sombras de las ramas de los pinos que rodean la carretera
sobre mí. Dientes. Son dientes. Soy una presa... una presa...
¿Quién
soy?
No
puedo recordarlo.
Miro
a mi alrededor.
El
monstruo de acero y fealdad se desangra a mi lado. Grandes lágrimas
negras se derraman de su interior. Aún brilla una luz en él. Sus
faros parpadean despacio, hundiéndose en su última resaca.
Llueve.
El
negro y el rojo se disuelven sobre la línea blanca.
¿A
dónde iba?
¿Cuál
era mi destino?
Se
oye música.
El
Love Theme de Vangelis.
Tengo
frío.
Levanto
mi vista al cielo.
Nada.
La
nada se cierne sobre mí.
Está
abriendo sus fauces.
Pronto
la carretera ya no existirá.
Supongo
que no pasa nada.
Está
bien así.
La
canción llega a su fin.
Dedicado
a la maravillosa banda sonora de Blade Runner y a ese trozo de nuestra adolescencia que fue Minecraft. ¡Gracias, Vangelis y Notch!.
NdA: A falta de foto, buena es captura de una de mis partidas de Minecraft.
por Jorge Núñez Rodríguez, a veintinueve de junio de 2017.
NdA: A falta de foto, buena es captura de una de mis partidas de Minecraft.
por Jorge Núñez Rodríguez, a veintinueve de junio de 2017.
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