13 de julio de 2017

R.A. 9 - El Último Sputnik


Abrió los ojos en la penumbra. Frente a él, una ventana en la que se extendía la eternidad. Flotaba suave, sujetado por los cinturones de seguridad al ajado asiento. A través del polvo, los botones del cuadro de mandos refulgían en tonos apagados y dulces. La nave aún vivía. Él aún vivía. El viaje aún no había terminado.

Se despereza, crujiendo como un viejo autómata al que le hace falta una buena puesta a punto. Inicia el proceso de comprobación de la nave, mientras silba por lo bajo una hermosa melodía, arte para un público inexistente. Todo parece estar en buen estado y funcionando.

No hay mensajes.

Hace mucho que no hay mensajes. No recuerda cuando fue el último. Pero sí recuerda la desesperación que transmitía. Era algo absolutamente alien para él. La pena, la soledad, el dolor. En su sueño se confundían con la alegría del descubrimiento, de los primeros pasos. De los ojos de su padre el día que despertó a la vida.

Quizá sí eche de menos a su padre.

Pero no importaba. Ya no podía volver. Tampoco lo deseaba. Era, simplemente, la realidad. No había motivo en luchar contra lo irremediable. Y además...

Le gustaba.

Le gustaba el abrazo amoroso del silencio en el espacio. La inmensidad de los ríos blancos del cielo. Hacia delante.

Siempre hacia delante.

En torno a su cabeza volaba grácilmente un ejemplar de los poemas del Dr. Voight-Scott sobre la ciudad en la que nunca dejaba de llover.

Él sonrió.
Una vez más, se dispuso a dormir. Realizó una nueva comprobación del sistema y se arrellanó en el asiento, dejando vagar su mirada por las estrellas.

Con una expresión de paz, sus ojos se cerraron.

En la noche oscura, en un óvalo de metal y cristal, el último testigo de la Humanidad danza sin rumbo. El viaje aún no había terminado.


El último Sputnik.



Dedicado a Sputnik my love, de Murakami, y a Riddley Voight-Scott.
NdA: foto de un cielo estrellado minecraftiano. Gloria a Notch.

por Jorge Núñez Rodríguez, a trece de julio de 2017.

2 de julio de 2017

4 - FUTURE FUNK - Poesías Aleatorias, por Jorge Núñez Rodríguez


FUTURE FUNK

Bajo el sol del atardecer
brilla mi ciudad
pero no bajo la luz
del cálido verano de hoy
brilla bajo el manto dorado
del ayer de mi infancia
envuelta en salado perfume
de nostalgia y mar
echo de menos una ciudad
que no existe
que quizá nunca existió
puede que nunca me sentara
en la terraza
y contemplara
destellos restallar
en las ventanas azules
oír los coches pasar
por el asfalto cubierto de polvo
y perderme en el rumor
del gentío huido de otra época
mientras una voz de mujer
tararea una suave melodía
sobre recuerdos de un verano
que se fue
o que quizá tampoco existiera

pero

realmente

qué más da

el sentimiento es hermoso
quizá sea todo un sueño
que duerme en lo profundo
de un corazón de viejo
que aún no tiene una vida
de la que lamentarse
o quizá simplemente sea
nostalgia por tiempos
más sencillos,
cuando la mayor preocupación
que tenía una mañana de sábado
era levantarme a ver
aquellos maravillosos dibujos
sobre paraísos urbanos
en una tierra donde
las luces de las farolas
arrancan besos de oro
en los charcos de las noches lluviosas


Dedicado a un Japón que nunca existió, y a esa agradable sorpresa que ha resultado ser Macross 82-99.

Bonus track: https://www.youtube.com/watch?v=idipMrfAZHk

NdA: foto realizada por mí del bello atardecer nip... coruñés.

por Jorge Núñez Rodríguez, a dos de julio de 1983.